domingo, 12 de febrero de 2012

Vacío.

Sabes que tienes un nudo en la garganta y que no va a ceder hasta que no llores. Sabes que tienes un vacío en el cuerpo, pero no sabes como llenarlo. Si sé todo esto, es porque yo lo vivo a diario, lo sé, sé lo que es. Sé lo que es tener un vacío y no querer aceptar que es lo que te falta, por simple miedo de que se rían de ti, de que malpiensen, de que te lo quiten... Es horrible. También sé lo que es que no te quede nada ni nadie, que todo lo que ataba aquí ya no esté, de tener que llorar sola y secar las lágrimas con la almohada porque no tienes a nadie cerca capaz de comprenderte y menos de ayudarte. Pero la vida es así, está programada para hacer que cuando parezca que estés a punto de tocar el cielo, te tire des de arriba al vacío. Aún así, quiero que vivas como nunca lo has hecho, quiero que desafíes a la vida, que alcances no inalcanzable, y termines lo interminable, que hagas cosas que la gente no pensaba que ibas a decir, y que seas tú, siempre tú. Porque al fin y al cabo, la vida es como un juego de azar; nunca sabes lo que te esperará mañana.

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